miércoles, 3 de noviembre de 2010

Afición, profesión e ingresos

Este es un texto guía que parece elemental e incluso innecesario, pero que fue conveniente para centrar la atención sobre la evolución típica de una persona apasionada por el teatro, al calor de algunas dudas de hasta dónde debe llegar el compromiso de un componente de una compañía teatral.  Empleé como ejemplo mi propio historial, por lo que también sirve hasta cierto punto para presentarme.



Aficionado puro "bolsillo rascao"
Desde 1977 hasta 1986 fui aficionado puro, en el sentido de que tenía que pagar cuotas y/o poner recursos propios y/o dinero para las obras.
Cabe destacar que yo provengo del Teatro Independiente de la época, donde nos involucrábamos desde lo corporal hasta lo mental con el teatro.  Había una expresión muy típica de aquellos años que decía que los del Teatro Independiente "no vivímos del Teatro pero sí para el Teatro".
Eso era muy distinto al teatro aficionado de los clubes falangistas reconvertidos de aquellos años, con quienes mediaba un abismo.

Aficionado sin gastos
Durante 1986 conseguimos que el grupo tuviera suficientes ingresos como para que los componentes no tuviéramos que poner dinero para las producciones, sino que el dinero salía del fondo del grupo.  Pero aún manteníamos una cuota como acto simbólico de compromiso.

Aficionado con ingresos
En 1987 pasé a esta categoría, pues el grupo empezaba a tener remanentes económicos y decidió quedarse con una parte para los gastos y nuevas producciones, y otra se empezó a repartir entre los componentes.
Hay gente que tiene su trabajo y además le dedican mucho tiempo al teatro como afición, pero nunca se plantearán ir más allá.  A esa gente, disponer de unos ingresos ocasionales fruto de su actividad artística, les alegra la vida.

Semi-profesional
En 1988 pasé a esta categoría, pues además de mi trabajo técnico no teatral y de los ingresos que me correspondían por actuaciones, me empezaron a contratar para impartir cursos.  Es decir llegué a tener dos trabajos, uno teatral y otro no.

Profesional
En 1989 abandoné mi trabajo no teatral y me profesionalicé en el Teatro.

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Es difícil que una compañía se pueda mantener a la vez en todos estos niveles, pero no creo que sea imposible si se crea un sistema escalonado y esto ha sido una de mis pretensiones desde hace muchos años, que incluyen diversos experimentos hechos con ese fin.

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